Tantas y tantas reflexiones sobre el propósito de la vida están dando vueltas en mi cabeza hoy ... el primer propósito no me parece tan complicado: "AMAR"...¿por qué la gente se enreda tanto y simplemente no ama?
Con Lucia esa fue la mayor lección..: ...¡AMA!........; ¡uffff!: No hay tiempo que perder en rencillas, rencores, amarguras, malos recuerdos del pasado, tristes pensamientos...el amor no da cabida para eso...
La experiencia del sufrimiento tiene mucho de purificadora,..de verdad...¡ES CIERTO!...saca de lo profundo del alma el lodo y ayuda a ser mejor, a crecer...en definitiva bendice....-claro, eso es verdad para el que quiera creerlo-. Estoy de acuerdo con Víctor Frankl en cuanto a que el sufrimiento es soportable siempre y cuando hallemos en él propósito y sentido...mientras tanto no importa cuán placentera o sufrida sea una vida, si no tiene sentido, es hueca y no sirve para nada. Puro tiempo desperdiciado.
El sufrimiento te libera, te hacer rendir,-reitero...para el que quiera rendirse - porque el que no se rinde ante esa "Mano de hiel", que es el ansia de control, sencillamente tendrá que beber de ella el resto de su vida-. Los primeros 8 años de enfermedad de mi amada Lucía, fueron eso para mí... estaba bebiendo de la "Mano de hiel".
Cada vez que se veía venir una neumonía, me llenaba de terror, oraba para que el Señor no arrancara a mi hijita de mis brazos, que no la alejara de mi alma para llevársela lejos. La pregunta del ¿por qué? rondaba todo el tiempo en mi mente y mi corazón...¿Por qué Señor?, ¿No tenías tú buenos planes para nosotros?, ¿Buenos planes para ella?, ¿Por qué todo este horror?, ¿No puedes impedir esta caída libre sin paracaídas?, ¿No puedes extender tu mano y simplemente sanarla? ¿No pudiste evitar que fuera concebida?....Quería tener el control, quería controlar la situación: quería ver a Lucía derecha, bien sentada, hablando, comiendo por boca, caminando, respirando normalmente, no más secreciones, no más cabecita ladeada, no más rigidez, no más fiebres, no más por favor..no más!
¡Ahhh, qué doloroso es beber de esa mano día tras día, minuto a minuto y tratar de entumecer la tristeza de no ser Dios, la angustia de la pérdida, el sabor del despropósito, la presencia del sin sentido! y trataba de encontrar explicaciones...explicaciones racionales a ese sufrimiento...pero no había respuesta.
Dos años antes de que Lucia muriera, desarrollé la enfermedad de Graves (un tipo de hipertiroidismo autoinmune: El colegio de Patólogos Americanos ha identificado el estrés como el principal desencadenante de la enfermedad de Graves), así que perdí peso hasta llegar a los 45 kilos, viví con una frecuencia cardíaca de 150 latidos por minuto, se caía mi cabello, me daban calambres, no podía dormir, estaba en sensación de pánico permanente y como si fuera poco, por una reacción toxica rara al medicamento para el tratamiento de esta enfermedad, todos mis glóbulos blancos murieron y me ví también en peligro de muerte: ....¿Yo en una Unidad de Cuidados Intensivos?, ¿Yo con un 90% de probabilidades de morir?; ¿Qué había pasado?, ¿Había bebido de la "mano de hiel", hasta recibir también la muerte?, ¿Este era el resultado de haber querido mantener el control?...
Estando enferma, experimenté muchos de los sufrimientos que Lucia tenía que soportar día tras día: fui aislada de todos los que me amaban, nadie podía visitarme, fui aspirada, pinchada, canalizada, sufrí dolores físicos profundos, durante días experimenté fiebre de 41 grados con delirios, me llené de secreciones, me ahogaba con la comida hasta el punto de no probar alimento, sufrí de taquicardia severa y me dijeron que no había esperanza de vida. Y me dije: ¿Si esto es lo que está sufriendo mi amada, por qué quiero tenerla junto a mí?
Y también pensé: ¿Qué pasó aquí?..¿Esto era todo?..¿Vine aquí solo a sufrir?... No se me había revelado el propósito de lo que le sucedía a Lucia, ni lo que sucedió en mi propia vida...¿Y ya me tenía que ir?...¡No era justo!. Estaba escribiendo cartas de despedida a mis hijos, a mis hermanos, a mi familia; pensaba en los mejores tiempos que había pasado con ellos, en sus cualidades, en sus virtudes, en lo que nunca les había dicho...pero mis manos ya no daban, mi pulso era imposible y débil y yo estaba agotada. Y yo no podía hablar! No tenía voz!.
Las enfermeras escribían y me enviaban cartas en nombre de Lucia, diciéndome que no me preocupara, que ella estaba bien y que me concentrara en recuperarme. Estaba a punto de dejarla a ella y a mis otros dos hijos para siempre.
Las enfermeras escribían y me enviaban cartas en nombre de Lucia, diciéndome que no me preocupara, que ella estaba bien y que me concentrara en recuperarme. Estaba a punto de dejarla a ella y a mis otros dos hijos para siempre.
Entonces rogué a Dios por una nueva oportunidad, por un nuevo chance, por un momento más para descubrir esa verdad, para no irme desolada; un momento más para no dejar a mis hijos huérfanos. -claro, también había una lucha tenaz de mi parte...pensaba: "¡No moriré, sino que viviré para mostrar las grandezas del Señor!- estaba decidida a quedarme más tiempo con la venia del Todopoderoso.Y El respondió afirmativamente mi oración.
Llorando el día del cumpleaños 11 de nuestra Lucia |
Desde ese momento la experiencia de vida fue cambiando no repentinamente, más bien paulatinamente, reconocí el valor de cada instante, de cada momento, el valor de lo no escrito, de lo no predeterminado y lo ilusorio de los planes. Desde ese momento dejé de pensar en la muerte como mi enemiga y decidí aceptarla como compañera inseparable. Reconocí también el valor de mi propia vida. Lucia debía vivir su vida, yo debía vivir la mía. Con cada vez que Lucia se enfermaba gravemente, veía la oportunidad de entregarla al control de mi Señor, a Aquel que me había dado esa nueva y maravillosa oportunidad. Así que oraba y decía: " Señor, amo a Lucia, pero si es tu momento, prepárame para despedirla...estamos en tus manos"
Pero Dios me dió más que eso, me contó con mucha delicadeza y ternura cuando se acercó su momento, lo que iba a pasar y me empoderó para poder decirle a Él : "Estoy preparada Señor, que sea esta noche"...y me lo concedió...fue esa noche...me llevó a través de su amor, a poder despedirla sin temor en su lecho de muerte.
Y mas allá, me permitió saber el propósito y el sentido, no solo de su vida, sino de la mía; el regalo más precioso que se le puede dar a un ser humano...el saber para que está aquí.
Aprendí a beber de la "Mano de hiel" y solté todo el control hasta que ya no hubo queja ni reprensión -ya lo he dicho- solo agradecimiento en esta segunda oportunidad, en este segundo chance de vida. Coseché esperanza del sufrimiento, aprendí que esta vida es solo un momento, un instante entre dos tramos de eternidad. Descubrí además, que Dios no necesita del mal para cumplir sus propósitos. Nadie es inmune al mal en un mundo caído, y Dios siempre será fuente de bien: ¡Dios es bueno!. Y al final todos los medios, fines y los procesos de vida que atravesamos son usados para el bien Supremo y el resultado mas benévolo.
Si había experimentado tan de cerca la muerte, si había despedido a la pequeña y había confiado, ¿No habría paciencia para esperar este minuto que me queda aquí en la tierra para reencontrarmela después de haber cumplido mi propósito?...¿No habría paciencia para experimentar después cara a cara la presencia de mi Salvador? la gran verdad descubierta: La promesa sigue vigente aun cuando todo lo demás falló.
Aprendí a beber de la "Mano de hiel" y solté todo el control hasta que ya no hubo queja ni reprensión -ya lo he dicho- solo agradecimiento en esta segunda oportunidad, en este segundo chance de vida. Coseché esperanza del sufrimiento, aprendí que esta vida es solo un momento, un instante entre dos tramos de eternidad. Descubrí además, que Dios no necesita del mal para cumplir sus propósitos. Nadie es inmune al mal en un mundo caído, y Dios siempre será fuente de bien: ¡Dios es bueno!. Y al final todos los medios, fines y los procesos de vida que atravesamos son usados para el bien Supremo y el resultado mas benévolo.
Si había experimentado tan de cerca la muerte, si había despedido a la pequeña y había confiado, ¿No habría paciencia para esperar este minuto que me queda aquí en la tierra para reencontrarmela después de haber cumplido mi propósito?...¿No habría paciencia para experimentar después cara a cara la presencia de mi Salvador? la gran verdad descubierta: La promesa sigue vigente aun cuando todo lo demás falló.
Definitivamente estás en lo que estás ... Escribir, trasmitir y Purificar a todas aquellas personas que leemos tus comentarios, tu sentir profundo del corazón. Me gusta mucho lo que escribes, llega hasta los túetanos!!
ResponderEliminarDios te preparó en una forma sobrenatural para la despedida de la Princesa. Yo no estaba preparado. Nunca lo estuve. Siempre esquive la llamada que no quería escuchar pero sabía que algún día llegaría. Cuando llegó, mi corazón se destrozó, gimio, fue una puñalada directa al corazón como la que sentí 12 años atrás cuando nos dieron el diagnóstico, MUERTE. No estaba Preparado!!
Cuando estabas en cuidados intensivos, el día de mi cumpleaños, el Médico me llamó aparte y dijo: Posibilidad de muerte 90% ... tampoco estaba preparado. Mi hija muriendo en la casa y mi esposa en la Clínica... TENAZ!!! mientras tú te despedias con cartas a todos, a mi nunca me llego ninguna. Estaba desubicado, abatido, confundido.
Esperimentaste la muerte en carne propia pero yo la experimente en sufrimiento, soledad, dolor, imposibilidad de hacer algo. Se salía de mis manos, solo Dios tenia el "CONTROL"
Hemos experimentado juntos mucho dolor pero ha sido diferente para cada uno. Somos diferentes con las mismas circunstancias... curioso ....
Sigue escribiendo, no te detengas. Ya tienes bastante material para iniciar un libro. Hazlo, no te detengas!!! Tu proposito es grande, no te detengas!!!
Sigue expresando los sentimientos a traves de este Blog que purifica, que sana, que confronta.
NO TE DETENGAS !!!
Sois un ejemplo de fortaleza, esperanza, fe y amor. Enhorabuena.
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