Estamos necesitados de aliento. ¡Todos lo necesitamos!
Pero.. ¿De donde viene el aliento?...¿El verdadero aliento?
Definitivamente no podemos aferrarnos a las circunstancias o a las personas, a los buenos o malos días, a nuestras emociones, porque indudablemente terminaremos decepcionados. De un momento otro el buen ánimo y el aliento que teníamos una vez llegan las dificultades: ¡puff, se esfuman!, como por arte de magia.