sábado, 13 de marzo de 2010

EXTRAÑANDO A LA PEQUEÑA

Que difíciles se me han hecho estos días que no tengo a la pequeña Lucia aquí a  mi lado. Parece que no hubieran pasado cinco meses desde su muerte (ayer los cumplió)...sino mas bien como años..

¿Cómo describir lo que se siente por dentro?? No hay palabras. Todos estamos tratando de entender, de aceptar, de comprender la dura realidad de la ausencia y de la partida...de saber que no hay otra posibilidad en este espacio. 

La verdad es que no pienso en como estará Lucia, pues sé que ella está excelente, en los maravillosos brazos del Padre Celestial..y no es un cliché, verdaderamente lo creo.

Más bien me pregunto acerca de los que quedamos aquí, de los que todavía tenemos un camino, largo o corto para recorrer y qué es lo que vamos a hacer con el tiempo disponible, con los dones que Dios nos ha regalado, con  las fuerzas que aun nos quedan para luchar, con la posibilidad de nuestro reencuentro con Él y la rendición de cuentas.



Llego a la conclusión de que la vida es un don precioso,  a pesar de que la semana pasada y en muchos otros instantes, me siento triste y deprimida, sin fuerzas para continuar y pensando en todo lo que hay por hacer y cómo se va a hacer.(Cuando no escriba nada... escríbanme ustedes a mí, porque seguramente estaré tirada en un rincón llorando algunas penitas, aunque espero que esos momentos se repitan cada vez menos)

Las fuerzas entonces provienen de otras fuentes maravillosas,...mi esposo, con el que hemos compartido momentos difíciles y con quien estamos trabajando juntos para  construir un proceso de reconciliación, perdón y amor....nuestros hijos..un motor fundamental en esta carrera por alcanzar la meta de vivir una vida plena de amor y satisfacción., mis amigos y amigas..gente maravillosa, que en los momentos difíciles han traído una palabra de aliento y consuelo...mi padre, quien ha sido un oído presto a escuchar las cosas maravillosas y también las horribles que a aveces me he permitido decir,, mis hermanos, mi mami....y por ultimo y muy pero muy importantes...aquellos otros que en este momento deben experimentar lo que nosotros ya vivimos: la pena de un hijo que sufre una enfermedad rara..la pena de verlo morir lentamente, la impotencia de no poder hacer nada para curarlo. Cuando estas personas me piden ayuda, o un consejo, o me dan palabras de aliento, entonces saco fuerzas de donde no tengo y me decido.... y es ahí donde reside mi mayor fuerza...el querer ver a otro con una sonrisa en su cara, por muy corta que esta sea. 

Estoy ahora para dar y recibir apoyo....ahora estoy dispuesta a gritar si es necesario diciendo: "ayúdenme a ayudar a otros!!" "ayúdenme a ayudarme a mi misma!!".

Gracias a todos los que ya nos visitan en nuestro grupo de la Fundación LAES en Facebook. Gracias a todos los que envían una palabra de afecto, gracias a todos los que están pendientes de esta obra, y gracias a los que ya están donando su tiempo y dinero para hacer de los sueños de otro, su propio sueño.

Porque toda aflicción en la vida  siempre tiene un propósito. El propósito de reunirnos a hacer lo que Dios nos mandó a hacer: amarnos los unos a los otros como Él nos ama.Ese es mi llamado con los niños y familias que deben convivir ahora con la Leucodistrofia.